jueves, 2 de agosto de 2012

Relato corto sobre la felicidad

Se marchó muy pronto del lugar que la vio nacer. Lo dejó todo cuando aun era muy joven.
Muchos la llamaron loca, la tacharon de "bala perdida" y la criticaron a más no poder. 

"Pobre ilusa" decían, "y se creerá que marchándose será más feliz". Nadie creía que lo conseguiría. 

Habían sido muchos los que se habían marchado de aquel pueblo en busca de la felicidad. Prácticamente los mismos que habían vuelto a los pocos meses, rendidos, abatidos, sin una pizca de felicidad ni fuerza para continuar. 

Se marchó, no miró atrás en ningún momento. Tenía claro su objetivo, en qué consistía su verdadera felicidad, y aquel pueblo no figuraba en aquellos planes. 
Perseguiría su sueño, hasta donde hiciera falta, no se rendiría jamás. 

No lo consiguió, no alcanzo la meta, no llegó a ella. Pero nunca se rindió, no volvió abatida al pueblo, no perdió las fuerzas ni las ganas. Y, aunque no cumplió su sueño, muró siendo feliz, porque vivió intentándolo. 

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