jueves, 16 de agosto de 2012

Relato corto: "Cuestión de principios"

- Mírame a los ojos, por favor.
- No, no puedo, sé que si lo hago, todos mis principios se irán al traste.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- ¿Que qué quiero decir con eso? - Siguió hablando, como había dicho, sin mirarle a los ojos. - Pues que si te miro a los ojos volveré a caer en la trampa de su azul profundo. Volveré a desear besarte y acariciarte desenfrenada y salvajemente. 
- ¿Y qué principios se irán al traste si esto sucede?
- Principalmente uno: no volver a enamorarte de un idiota que ya te ha hecho daño. 
- ¿Volver a enamorarte? - Empezó a sentirse descolocado, realmente no lo entendía, o quizás no quería entenderlo. No lo tenía claro.
- Sí, volver. Sí, de nuevo. Sí, implica que ya me enamoré de ti. Y no sé porqué lo digo así, como si ya lo hubiese dejado de estar, cuando no es cierto. 
- No entiendo nada.
- No es verdad. No es que no entiendas nada, es que no quieres, nunca has querido, entenderlo. Es como esto que acabas de hacer. Te he llamado idiota, he dicho que me has hecho daño y, aun y así, tu te quedas dándole vueltas al "volver". Sabías, sabes de sobras que sentía, que siento algo más por ti. Cómo te miraba, cómo te miraría ahora si quisiera cometer la estupidez de enfrentarme a esos ojos tuyos, azules y penetrantes en los que, por otra parte, me gustaría perderme el resto de mi vida. Lo sabes de sobras. 
- ¿Y cuándo he sido un idiota? ¿Cómo te he hecho daño?
- Así, ahora, con esas preguntas, con ese "no entiendo nada", cómo tu dices. Estás jugando, de nuevo, a ser un idiota. 
- ¿Quieres decir que cuando lo entienda todo - él sabía de sobras que la expresión correcta hubiera sido "cuando quiera darme cuenta de todo" - podrás mirarme a los ojos cómo te pido?
- No. Tengo otros principios a los que no quiero fallar. 
- ¿Cuáles?
- No dejar que nadie juegue conmigo. Antes de que lo preguntes, te lo diré yo misma: Sí, has jugado conmigo y lo peor, es que quieres seguir haciéndolo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario